En este momento mi hija está en una época en la que su cuerpo no es importante para ella, hablo de la estética de su cuerpo, ella sabe que con ese templo que tiene ella corre muy rápido, salta muy alto y puede bailar en ballet.
Crecí con una autoestima baja y una visión poco saludable del peso y la imagen corporal. Tengo SOP (síndrome de ovarios poliquísticos) y el rasgo más evidente como consecuencia de eso, es mi peso. Por mas que me esforzara, siempre estaba pasada de kilos, me importaba tanto el peso que creé algunos hábitos realmente malos y poco saludables.
La positividad corporal y la salud simplemente no eran cosas que me enseñaron cuando era niña. Mi mamá no estuvo para enseñarme a tomar decisiones saludables y las mujeres a mi alrededor tenían la horrible costumbre de señalar constantemente las cosas que pensaba que estaban “mal” con ellas o con mi cuerpo. Mi padre era el primero en informarme si me veía “un poco gordita” en un vestido de baño. Comprensiblemente, crecí con una autoestima muy baja y no fue hasta mis 28 años que comencé a tomar decisiones más saludables y a cuidarme de una manera buena y positiva.
Por mucho tiempo estuve obsesionada con bajar de peso, luchar contra la corriente escuchando comentarios de crítica. Y claro como al verme al espejo no tenia un cuerpo normativamente aceptable yo seguía dejando de comer para bajar esos kilos de más (que son muchos en realidad). Ah, por cierto, cuando nació mi hija la historia no mejoro, no solo porque había aumentado mas de peso, si no que ella es super delgadita y la gente no puede creer que una gorda tenga una hija flaca. Muy estúpido, pero es una historia real.
Hay que ser claros, una cosa es querer vivir una vida saludable y otra es pasar cada momento del día obsesionado por ello. Y eso es exactamente lo que estaba haciendo. No entendía que había un punto medio. No es el fin del mundo saltear el ejercicio en la mañana para hacer algo de trabajo o pasar tiempo con Giah. Está bien pedir una pizza un viernes por la noche porque en mi casa nadie quiere cocinar.
Yo creo que las personas más influyentes en la vida de un niño es el padre del mismo sexo, me refiero a que es con quien se puede sentir físicamente identificado. Para Giah, soy yo. Tengo una niña de 3 años que me observa a diario y me admira. Y necesito ser un buen ejemplo para ella. Lo último que quiero es poner pensamientos negativos en su mente a una edad tan temprana o criarla para que crea que no puede comer una porción de pizza en una fiesta de cumpleaños porque hay carbohidratos en ella. Eso no es lo que quiero para ella.
Criar a una chiquilla en la sociedad actual es un trabajo importante para mí y me tomo muy en serio. Mi trabajo como madre de una niña pequeña es criarla para que sea fuerte e independiente. Para ser una buena persona y un miembro productivo de la sociedad. Para que pueda sentirse segura de sí misma y de su cuerpo.
Así que esto es lo que quiero que mi hija sepa sobre el body positive o la positividad corporal …
Que las mujeres vienen en todas las formas y tamaños.
La importancia de amar y cuidar su cuerpo.
Que el número en la báscula no determina su valor de ninguna manera.
Cómo tomar decisiones saludables y mi plan es ser un buen ejemplo para ella.
Quiero que aprenda a amar sus “defectos” y que acepte lo que no puede cambiar.
Que sepa vivimos en una sociedad donde el estándar de belleza varía y que ella es hermosa sin importar los estereotipos.
Que su cuerpo crecerá y cambiará constantemente a lo largo de los años y eso está bien.
Y, por último, quiero que sepa que ella es y siempre será lo más hermoso que su papá y yo hayamos creado.
¿TIENES UNA HIJA? ¿QUÉ HACES PARA ENSEÑARLE A AMARSE A SI MISMA?